Es importante, atender a las recomendaciones sobre el cuidado de nuestra piel a través de una crema dermatitis atópica. Pero no cabe duda que cuando las lesiones empiezan a aparecer en nuestro rostro, es más difícil mantener la calma, tanto por la delicadeza del cutis en áreas específicas como por la penosa situación en la que nos encontramos al no poderlas ocultar.

Sin embargo, pese a estar alarmados no podemos pasar por alto las recomendaciones previstas para tratar los brotes faciales. En este sentido, el uso de la crema es fundamental, ya que ella no solo actuará para procurar una pronta desaparición, sino que generará un efecto aliviador que evitará que empeoremos las lesiones rascándonos.

Este panorama requiere mucha más atención si la dermatitis es sufrida por niños, especialmente los bebés. En estos casos, además del uso de la crema, es necesario estar atentos al largo de sus uñas para que estas no empeoren el brote; en el caso de los bebés, también es importante limpiarles cuando se babeen, ya que la saliva puede empeorar la irritación.

La prevención es la mejor solución

Sabemos que la dermatitis atópica no se cura, pero sí podemos controlarla y en esto tiene mucho que ver nuestra fidelidad a las medidas de prevención.

Además, tengamos en cuenta que la crema poco funcionará si no le damos a nuestra piel el cuidado que requiere. En este sentido, procuremos mantenerla humectada, evitar el consumo de alimentos que puedan favorecer el brote y tratarla con delicadeza especialmente al frotarla.

En cuanto al área facial, seamos cuidadosos en la selección de los productos que aplicamos en ellas. Las mujeres, han de prestar atención a la composición del maquillaje para asegurarse de que este no interrumpa el efecto de la crema o provoque lesiones en su piel.

Adicionalmente tengamos en cuenta que los niños podrán ser objeto de burlas por su condición, por ello, mantengamos una buena y permanente comunicación con ellos, haciéndoles saber que la dermatitis en nada afecta su valor como persona y que son amados. De ser necesario, pensemos en la posibilidad de recibir la ayuda de un psicólogo infantil.