Todo lo que necesita saber sobre una inscripción en residencia universitaria
Meses antes de iniciar el curso escolar, muchos estudiantes y sobre todo sus padres (que en la mayoría de los casos son quienes costean los gastos), empiezan a pensar en la inscripción en residencia universitaria. Tal vez haya a quien le parezca precipitado, pero realmente no es así.
Las residencias estudiantiles cada vez están más demandadas, por ello conviene comenzar la tarea de solicitar información y visitar instalaciones mucho antes de que empiece el curso. Así se podrá hacer una preinscripción con tiempo suficiente como para poder asegurarse la plaza en aquella que se considera la más adecuada por su cercanía al centro universitario, sus instalaciones y también por su precio.
Cuando no queda más remedio que cambiar de ciudad para poder cursar estudios universitarios o un máster se presentan dos alternativas: compartir vivienda o buscar una residencia. La primera opción, evidentemente, ofrece mucha más libertad y resulta más barata, pero cuenta con inconvenientes importantes.
El primero de ellos es el de la convivencia, aunque se trate de amigos, compartir un pequeño piso a veces no es más que motivo de roces. Además, es necesario dedicar tiempo a las labores domésticas y no hay que olvidar la limitación de espacio que, a la hora de estudiar, puede ser un verdadero inconveniente.
Frente a esta alternativa, las residencias universitarias están cobrando mayor importancia. Son más caras, eso es innegable, pero ofrecen unas condiciones y unas instalaciones óptimas para el estudio. En ellas todo el aspecto de la manutención y la limpieza está resuelto y además, suelen contar con salas de estudio y trabajo perfectamente equipadas y acondicionadas.
La oferta de residencias universitarias es cada vez mayor, sin embargo, la elevada demanda de este tipo de establecimientos hace más que aconsejable no dejar la decisión para el último momento.